Cavilaciones brujas...

Hoy es una fecha en la que quisiera poder homenajear el cumpleaños de alguien que no está físicamente más conmigo. Pensando en cómo poder expresar de alguna manera mis sentimientos, se me ocurrió hablarle de que pese a los años que han pasado, eso que yo sentía por él no ha cambiado ni un poquito. Pese a que lo disfruté poco de chica (o muchísimo menos de lo que hubiera querido), siempre había tiempo para pensar en él y sentirme orgullosa. Pese a que la irracionalidad de algunos divorcios como el de él y mi madre, hiciera que yo como hija haya sido rehén de una guerra que no entendí mucho, y que ni estaba interesada en participar, pero que era el soldado raso, que mandaban al frente para arrancarse la dignidad mutuamente. Pese a que no había lío que no se solucionara entre nosotros. Pese a que no era de muchas palabras, él me enseñó a que bastaba con hablar e identificarse con la mirada para decir lo que se siente. Pese a que hubo tiempos en que lo detesté, creyendo que no era justo. Pese a que me hubiera gustado decirle, gritarle, insultarlo, porque no entendía mis caprichos. Pese a que nunca entendí porqué a mí me tocó querer a alguien tanto, y poder disfrutarlo tan poco, en proporción al tiempo que pasamos juntos. Pese a muchas cosas más, hoy me digo, en relación a lo que una persona que aprecio mucho me hizo reflexionar hace poco, sobre si uno realmente le expresó cabalmente lo que sentía, a la gente importante en nuestra vida. Si los gestos de amor que uno debería expresar por esa persona que quiere de verdad, sin boludeces de por medio, fueron bien hechas y llegaron a destino.
Hoy a mí me queda la sensación de que nunca le dije lo suficiente. Me arrepiento de haberlo peleado, no llamado, no hablado, no hacerle caso, no oído, no besado, no abrazado, no visitado, no discutido, no charlado, no llorado.
Pese a todo eso, y a que yo sienta que nunca fueron suficientes mis gestos de amor, en relación a lo que lo quise, yo sé que a él no le importaba, porque él me quería de verdad, por sobre todas las cosas y sabía que yo lo quería igual.
Hay amores en la vida que son únicos, que a veces se mantienen estúpidamente separados de uno, pero que el destino a la larga te junta mágicamente de vuelta, sin haber perdido ni un poquito de esa carga emotiva.
Feliz cumple, Milton!