Cartas sinceras

Esta carta que transcribo, es una de las cuatro que escribió mi padre una noche desvelado, para cada una de sus cuatro hijas. Fué poco tiempo antes de que falleciera por una enfermedad horrible, hace casi 14 años.

Yo hasta ese día que lo perdí, creí que la única muerte que jamás hubiese podido tolerar, era la de él. Y bué... la vida es más compleja de lo que parece...

Mis queridas hijas:

Hoy estoy un poco desvelado y he pensado mucho en ustedes, y a que a pesar de que en varias oportunidades estamos juntos y hablamos de muchas cosas, no hablamos de otras que quizás son más importantes aunque no las decimos.
Para que no se pongan celosas, voy a empezar por la más “vieja”, tratando de que Noel por ser la mayor y la que ha tenido más vivencias, quizás sea la que pueda tener claro lo que es “vivir la vida”, es decir ser realista, no vivir de ilusiones o cosas irreales que no tienen valor, o mejor dicho que no hacen la vida mejor. Ni espiritualmente, ni materialmente.
Sí nos ayuda para ser mejores, el pensar en lo mejor para los demás antes que para uno mismo, y no dejarse engañar por lo que aparenta, sino por lo que realmente se tiene.
Muchas veces hay que tomar decisiones muy duras para poder salir adelante en situaciones difíciles. Si esto se hace porque se quiere, más adelante se recoge el fruto de esa acción, y cuando algo se da, no hay que esperar nada en recompensa.
Algunas veces hay que “montar” un circo o hacer algo de teatro para vender servicios u otro trabajo, todo eso es con terceros que no nos conocen. Entre nosotros es más fácil ser sinceros y decirnos las cosas como realmente son.
De todas formas Noe, qué lindo es saber que con los pocos años que tenés, has podido convivir con todos y cada uno de nosotros de una forma u otra, y si Dios quiere, seguirlo haciendo cada día mejor y queriéndonos todos un poquito más.
Papá