Ya fué.

¿Qué pasa cuando nos damos cuenta de que algo “ya fue”? No hablo de las relaciones amorosas donde en medio de una furibunda calentura y mintiéndonos a nosotros mismos, vociferamos a los cuatro vientos: “ya fué, me tiene re podrida!!" Tampoco de cuando parece que ya no pasa nada con quién te quita el sueño, y uno penosamente asume que “ya está”… que la cosa se murió…


No. Me refiero a cuando uno encara un proyecto que se esfuerza mucho en llevarlo adelante, y trata de alcanzar buenos resultados y no sale. O cuando uno está harto de hacer algo, por ejemplo un trabajo, y en determinado momento nos decimos “ya está, ya fué”. ¿En qué momento aparece el click que hace que uno encare la cosa para otro lado? O en un ejemplo más cotidiano, en que van pasando los años y la maldita panza esa que querés bajar, no baja. Porque uno cambia el cuerpo y ya no tiene 25. Hay que asumir finalmente que uno no debe luchar contra lo que viene irremediablemente… Más vale asumir que de ahora en más, la vida viene con panza y listo. O sea asumir que las cosas cambian, que son distintas.

Tampoco hablo de los momentos de crisis, que son promotores por excelencia de los cambios muchas veces. Sólo me pregunto en qué momento nos damos (o tendríamos que darnos cuenta) de que la cosa no va y hay que hacer un giro, que la dirección para ese lado no camina…
Que puede ser más productivo otro camino.

Hoy mi vida toma un giro de los buenos. Hoy estoy feliz, porque me salió el curso de Analista en Sistemas.