Corazón, razoná!

En nuestro interior, la razón es una especie de sombra gris que a medida que uno crece, va tomando un protagonismo cada vez más importante. En cambio el corazón, ese terremoto multicolor lleno de chispas, va siendo doblegado y sometido. Qué épocas, cuando en la infancia era el rey.

Por ejemplo, los soñadores "quiero esa computadora nueva", los noveleros "voy a hacer el viaje de mis sueños", los desgarradores "te quiero muchísimo", los dolorosos "te extraño tanto que no puedo respirar", se agolpan en la mente tratando de salir, de existir. Intentan quebrar las vallas que la racionalidad les pone, sorteando las aguas heladas de la postergación. Las palabras y pensamientos bajan corriendo y riendo, y al llegar a la boca, se quedan detenidos allí, como parados frente a un precipicio, como si fueran a morir al contacto con el aire. Y no salen. La razón hace bien su trabajo, el corazón se conforma con aparecer sigilosamente a través de actos, de silencios inoportunos, o escapadas imaginarias.

La razón a medida que van pasando los años, aniquila ya experientemente, aprende a reprimir y a ahogar con facilidad. La edad, los problemas, la rutina, las responsabilidades son sus aliadas. Le dan justificativos para su accionar. Son como viejas arpías inquisidoras.

Pero a veces, el corazón espera calladito, vengativo y armado hasta los dientes, a cuando la razón está anestesiada y borracha; y sale a viva voz a gritar lo que quiere, a recorrer habitaciones, ciudades enteras, a atravesar cielos estrellados. Sale a través de un llanto incontrolable, a través de una mirada perdida que lo dice todo. Sale a través de un sueño en la noche.

Sale y se manifiesta con toda la fuerza con la que estuvo reprimido. No importa que la razón ponga la música fuerte, que se tape las orejas, que diga leru-leru- leru cerrando los ojos, porque por más que patalee y haga berrinches, en el fondo sabe, que el corazón es quién tiene la razón.

El bonus track de hoy es el video hecho por Hanna y Barbera, de una canción que me gusta muchísimo: Crazy Love, de Poco.

---