Hechizo N° 6969.4: Atrapar a tu amorcito.

Tratando de transmitir la cultura brujeril, es que comencé a revisar grimorios viejos, y aggiornar ciertas milenarias técnicas mágicas para transmitirlas por el blog.

Esta para ser la primera que publico es útil para todos, es bien rectilínea y sencilla, y si se siguen los pasos con soltura, se obtienen buenos resultados.
Se puede realizar en cualquier momento del año, siendo más efectivo si se comienza con luna llena y posicionada en plutón. De ser posible recomiendo que haya 22, 5 ° de temperatura ambiente (y si no prendan estufas o ventiladores) y 80% de humedad.


Punto 1: Que haya verdadera onda entre ambos.
Lo primero es darse cuenta si el ser en cuestión se digna a darnos bola de algún tipo, o sea que ya ha demostrado que no le somos indiferentes (ergo que se podría decir que le gustamos – si es bastante, mejor-). Vos sabés: miradas largas, te anda rondando, muchas casualidades casuales que nadie se cree, qué se yo.

Si es así, vamos bien.

Nota: Si no es así, cosa harto importante a tener en cuenta: “si no captás que le quemás aunque sea un poquito la cabeza, cagaste”. Buscate otro/a, medio rapidongo. Cortala acá, porque: a) vas a perder un/a amigo/a, b) seguro te va a doler, c) te puede mandar a cagar..

Una vez perfectamente cubierto este punto, continuamos.

Punto 2: La Conquista de su Intelecto.
(Este punto es necesario, sí y sólo sí te interesa perpetuar la relación; en caso que no te importe pasá al punto 3 de una.)

Asegurado el punto de la quemada de cabeza, ahora hay que apelar a la seducción de la conversación, a tentarlo con que el involucrarse con nosotros/as va a ser algo muy placentero, más allá de las posibilidades de intercambios varios, la cuestión ahora es apresar su inteligencia…Hacerlo/a reír, que pase el tiempo volando, riendo, hablando, estando cómodos…Acá sobre todo debemos mechar sonrisas con contenido, miradas directas (esas que queman salado), frases con triples sentidos, le tiramos palabras repletitas de onda…

A veces funciona.
A veces no…
A veces lo fósforos están mojados y no prenden con nada...


Si funciona vamos viento en popa y seguimos.
Si no funciona (carambita, carambirulí) ya te ponés nervioso/a en serio…pasás al mojón siguiente (pero te queda previa el 2).


Punto 3: A los bifes.
Ya está asegurada la quemada de cabeza y la del intelecto. Ahora apelás a lo sensual, a lo que ellos/as quieren, tentando al Diablo con todas las armas posibles. Posturas corporales sugerentes, movimiento del pelo… vamos vos sabés... En la guerra y en el amor todo vale...

Si funciona y van a los bifes ok. Para que sea duradero, tenés que cubrir el Punto 2, sí o sí.

Si no funciona (y ya te ponés nervioso/a mal, mal trágicamente)… empezá a pensar sobre las siguientes posibilidades: a) que no haya química, ni física, ni matemáticas, ni geografía (cosa muy posible); b) que debe ser homosexual y le erraste feo; c) mejor no pienses y ni preguntes más.

Nota: Si llegado este punto ves que no camina la cosa, la sugerencia es que ya vayas tirando la toalla, porque el/la tipo/a no es para vos.

Punto 4: Apelar a lo sobrenatural (a mi juego me llamaron).
Acá en la desesperación y en la resistencia que da el estar encaprichado con alguien, dale con fé a las velas (las rosadas son las mejores, y si tienen efectos de aromaterapia better), los inciensos de larga duración (el de patchouli descartado por horrible), el tarot, las aguas benditas, las hadas (cualquier cosa las de las flores van a domicilio por estas fechas, mándenme un mail, las contacto y de inmediato se las mando), los duendes (tengo un amigo leprechaun que ha hecho grandes rebajas en sus servicios enamoreriles, y por unos vintenes hace maravillas), los rituales (ojo con los muñequitos vudú, que podemos dañar la mercadería), los horóscopos, etc.
Atención que esta etapa de emergencia puede ser larga y tediosa. Si aguantás, es porque el/la tipo/a te gusta mucho , pero... Ché, ¿no habrá otro/a tipo/a que te merezca más, y esté esperando que te fijes en él/ella?


Punto 5: No pasa naranja.
Si de todo esto nada resulta, mirá para otro lado, y esperá a que él/ella te quiera volver a dirigir la palabra por plomaso.
Y a mí ni me llames, que yo soy bruja pero no hago milagros.
Lo único que podría recomendarte (pero no lo voy a hacer por rencoroso/a) es algún demonio para mandarle y que le pegue un susto para que tenga y guarde para despúes, por zoquete/a...

Fin.